top of page

Lo que aprendí bailando pole dance encima de una mesa en un bar en el Raval

  • Foto del escritor: clara
    clara
  • 27 abr 2023
  • 3 Min. de lectura

Hace dos meses dejé mi trabajo de dos años. Y para celebrar, fui a cenar con mis amigas. Una cosa llevó a la otra...


y terminé bailando pole dance encima de una mesa en un bar en el Raval en Barcelona.


"Y, ¿por qué es tan sorprendente si has practicado pole dance durante años?" te preguntarás.


Bueno, porque siempre he sido muy tímida e insegura.


Pero vi la barra nada más cruzar la puerta del bar (tengo algún tipo de radar para barras) y bromeé sobre salir bailar. Así que mi amiga empezó a contarles a todos que hago pole dance. Y empecé a arrepentirme de haber abierto la boca.


Un par de chupitos y cervezas después, mi amiga (una loca que no tiene miedo a nada) dijo: Si lo hago, ¿tú lo haces?


Antes de que pudiera responder, ella ya estaba bailando toda sexy y segura en esa barra que salía del medio de una mesa rodeada de gente bebiendo cervezas.


Y yo también quería ser esa persona. Esa persona loca, espontánea, sexy y divertida.


Pero no lo soy.


Quería ser esa persona desde que entramos en el bar. Pero todo lo que podía pensar era:


"Voy a parecer ridícula porque no he practicado en meses",

"Lo voy a hacer fatal, y ahora todo el mundo sabe que practico pole dance...",

"Todos se reirán de lo mal que lo hago a pesar de haber ido a clases",

"No sé cómo moverme sexy",

"Voy a dar risa".


Sabía que eran solo palabras en mi cabeza. Pero, en el momento, son tan poderosas, ¿verdad? Así que quería vencerlas. Quería demostrarme que estaban equivocadas (bueno, "equivocadas" no, porque de verdad sabía que se me iba a dar fatal).


Pero quería demostrarme a mí misma que a nadie le importaría.


Así que cuando mi amiga terminó de bailar y bajó de la mesa, le di mi móvil y subí yo.


Y lo hice fatal.


Todavía me da vergüenza solo de recordar el momento en el que intenté invertir y no pude. Porque llevaba unos vaqueros gordos, porque no estaba (todavía no estoy) muy en forma, por la razón que sea, no pude invertir.


Para mí, solo eso ya era un fracaso.


Pero, ¿a que no sabes qué?


A nadie le importó. Diría que ni siquiera se dieron cuenta.


De hecho, estaban sorprendidos, aplaudiendo y animándome.


Cuando vi el video que me hizo mi amiga, vi a una chica de la mesa super sorprendida y emocionada cuando intenté invertir. Y también me acordé de ese chico que me chocó los cinco cuando bajé al suelo de nuevo.


Y me di cuenta de que no solo no les importó, sino que estaban impresionados.


Ya ha pasado un tiempo desde ese momento y, como seguramente sepas, pienso mucho. Así que esto es lo que he aprendido de bailar pole dance en la mesa de un bar del Raval:

  1. Solo hazlo. Nike tiene razón. Si sientes que te apetece hacer algo (siempre que no te pongas a ti o a otros en peligro), ¡simplemente hazlo! Porque probablemente no pase nada en absoluto, no tendrá ningún impacto real, pero te divertirás.

  2. Todos vivimos una realidad diferente. Como no cumplí con las expectativas de lo que sabía que podía hacer, todavía creo que fracasé. Pero para alguien que nunca ha hecho pole dance, lo que hice fue impresionante. Al final, ninguno tiene más razón que el otro, porque vivimos ese evento desde la perspectiva de nuestras diferentes realidades.

  3. La importancia del camino. Pienso mucho en por qué todavía siento que fracasé. Creo que hay demasiada presión en la meta, siempre hemos sido recompensados por cumplir metas (aprobar un examen, actuar en frente de una audiencia, marcar un gol) pero no por tomar las acciones que al final nos llevarán (o no) a cumplir esa meta. No hay aplausos durante ese camino, no hay orgullo en intentarlo, en tener el valor de simplemente ir a por ello e intentarlo. Y si no cumplo con la meta, si no lo hago bien, la energía gastada durante ese viaje, durante esos intentos, parece que no importe, desaparece. Y eso no es justo porque, incluso si no lo hice bien, ¡creo que es increíble que al menos lo intenté! Tal vez todos en ese bar estaban pensando en subir a esa mesa y bailar pole dance. Pero no todos lo hicieron, yo lo hice.


No sé si estoy llegando a dónde quiero llegar... Pero supongo que la verdadera lección es que el perfeccionismo es una trampa que te impide divertirte de verdad. Así que voy a intentar, activa y conscientemente, cambiar mi narrativa a "que se joda el perfeccionismo".


¡Solo hazlo, vive tu vida y diviértete!


Pole dance: Expectativa vs Realidad


Expectativa:

example of pole dancing figures

Realidad:


I love you girl ✨ thank u 🫶🏽

girl excited about pole dance



 
 
 

Comentarios


renàixer through travel

© 2021 by Clara Moliner Huerta

bottom of page